Para ello, hoy hemos visto estos videos sobre cómo reconocer nuestras emociones y también como poder gestionarlas para sentirnos mejor:
Después hemos hecho unos dibujos asociando las distintas emociones a diversos colores.
La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como de reconocer y empatizar con las emociones de los demás. A través de su desarrollo, los estudiantes no solo mejoran su bienestar personal, sino que también se vuelven más receptivos al aprendizaje y más hábiles en la resolución de conflictos.
Favorece un clima de aula positivo
Un alumnado emocionalmente inteligente es más capaz de manejar el estrés, la frustración y los retos que surgen día a día. Esto contribuye a una atmósfera de aula más calmada y productiva, donde los estudiantes se sienten más seguros y valorados.
Mejora las relaciones interpersonales
Al aprender a identificar sus emociones y las de los demás, los niños y niñas se vuelven más empáticos, lo que les ayuda a establecer relaciones más saludables con sus compañeros. Además, los conflictos son gestionados de manera más eficaz y respetuosa.
Refuerza el rendimiento académico
Las emociones influyen en cómo aprendemos. Un niño que se siente ansioso o frustrado tendrá más dificultades para concentrarse o retener información. Al trabajar la inteligencia emocional, les estamos dando herramientas para regular esas emociones y mejorar su enfoque en las tareas académicas.
Fomenta la autoconfianza
Reconocer y aceptar nuestras emociones es un paso crucial hacia la autoconfianza. A través de actividades que desarrollan la inteligencia emocional, los niños y niñas aprenden a valorarse a sí mismos, lo que refuerza su autoestima y seguridad.
En la clase de Atención Educativa trabajaremos la inteligencia emocional de diversas maneras:
¡¡¡ Feliz navidad y próspero 2025 !!! ¡El alumnado de Tercero B os deseamos a tod@s unas muy Felices Fiestas Navideñas y un Próspero Año Nu...