La inteligencia emocional es la capacidad de identificar, comprender y gestionar nuestras propias emociones, así como de reconocer y empatizar con las emociones de los demás. A través de su desarrollo, los estudiantes no solo mejoran su bienestar personal, sino que también se vuelven más receptivos al aprendizaje y más hábiles en la resolución de conflictos.
¿Por qué es tan importante trabajarla en clase?
Favorece un clima de aula positivo
Un alumnado emocionalmente inteligente es más capaz de manejar el estrés, la frustración y los retos que surgen día a día. Esto contribuye a una atmósfera de aula más calmada y productiva, donde los estudiantes se sienten más seguros y valorados.Mejora las relaciones interpersonales
Al aprender a identificar sus emociones y las de los demás, los niños y niñas se vuelven más empáticos, lo que les ayuda a establecer relaciones más saludables con sus compañeros. Además, los conflictos son gestionados de manera más eficaz y respetuosa.Refuerza el rendimiento académico
Las emociones influyen en cómo aprendemos. Un niño que se siente ansioso o frustrado tendrá más dificultades para concentrarse o retener información. Al trabajar la inteligencia emocional, les estamos dando herramientas para regular esas emociones y mejorar su enfoque en las tareas académicas.Fomenta la autoconfianza
Reconocer y aceptar nuestras emociones es un paso crucial hacia la autoconfianza. A través de actividades que desarrollan la inteligencia emocional, los niños y niñas aprenden a valorarse a sí mismos, lo que refuerza su autoestima y seguridad.
En la clase de Atención Educativa trabajaremos la inteligencia emocional de diversas maneras:
- Lecturas sobre emociones: Utilizamos cuentos y textos adaptados para hablar sobre situaciones cotidianas en las que se reflejan emociones como la tristeza, la alegría, la frustración o el miedo.
- Técnicas de respiración y relajación: Enseñamos ejercicios sencillos de respiración para ayudar a los estudiantes a calmarse en momentos de estrés o ansiedad.
- Dinámicas de grupo: Realizamos actividades en las que deben expresar cómo se sienten y escuchar a los demás. Esto les ayuda a desarrollar la empatía y la capacidad de resolver conflictos de manera asertiva.
- Diario de emociones: Los alumnos tienen la oportunidad de escribir o dibujar sobre cómo se sienten cada día, lo que facilita la reflexión y el autoconocimiento.
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